11 de junio de 2008

CARTA A UN MALTRATADOR (Fernando Orden Rueda 2º bachillerato)

CARTA A UN MALTRATADOR
Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica'

Para ti, cabrón:
Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado... porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras... Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja? Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe... La acobardas, la empujas, le das patadas..., patadas que yo también sufría. Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos...Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender. Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!-dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada. Me puse contento antes de tiempo. Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez... Y sucedió. Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre. Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá.
Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí. Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida. Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino.
Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay mucho cabrón por hay suelto... y mucha mujer que ahoga su grito, no se atreve a denunciar, y así sólo consigue alargar su calvario.
Un saludo,

Sandra

Anónimo dijo...

Hola, yo he sido una mujer maltratada, tb me pego cuando estaba embarazada, de mis dos hijos, este texto refleja muy bien lo que es un maltratador, lo que mas me duele es el final,que es verdaderamente lo que mas me duele,que mis hijos si llevan su apellido, por desgracia,tengo una orden de alejamiento, un pulsador gps por si se acerca, por desgracia algun dia mis hijos tendran que saber la vdad porq aun van a primaria,no me pasa dinero etc,estos personajes como bien dice mi madre, vayan por donde vayan ESTORBAN, gracias
un saludo

ISABEL.

Anónimo dijo...

Te doy la mas grande de las enhorabuenas por haber tenido el coraje de denunciar,aunque desgraciadamente tu hijo no pudo conocerte y conocer a una gran mujer y madre porque ese hijo era tuyo y solo tuyo ya estos bichos no quieren a nadie, yo tambien tengo un caso en mi familia pero la justicia todavia no se ha pronunciado y esta bicho sigue con su vida y engañando a otras mujeres con sus palabras bonitas y el gran AMOR que tiene hacia ellas,espero que se haga justicia pronto y que esta madre con su hija puedan ser felices sin el miedo de no saber que podra pasarle por la cabeza,ah!este elemento tampoco quiso que mi sobrina naciese era solo un liquido y es la niña mas bonita,os quiero a las dos.Un besote,TU CUÑA

Anónimo dijo...

Cuando estaba embarazada de un mes. y se lo dije a ese cabron. sus primeras palabras al referirse a mi bebe fueron, quitate ese liqido yo no lo quiero. Yo se que mi bebe tambien lo oyo. Segi por su puesto con mi embarazo, porque su mami si lo hizo con mucho amor. Luego ese cabron me hacia brujeria y nos decia, si la tienes la bruja de mi pais vendra a matarte a ti y a eso. y mi bebe tambien lo oia. A los 6 meses de embarazo cuando ese cabron se referia a mi bebe. le decia, si naces naceras con malformaciones. Mi miedo me hizo hacerme pipi encima. empece a sangrar y ese cabron sonrio y nos dejo alli tiradas. Yo puse mis manos en mi vientre y le decia a mi bebe, no llores mi vida que mama esta aqui. Senti como me rajaron el vientre. el frio de ese paritorio y los medicos corriendo con mi bebe que llevaban reliado en una manta. Mi niña peso solo un kilo. pero vivio su mami le dio todo el amor que pudo pese a tener a ese cabron maltratador al lado. Han pasado dos años y medio y mi niña no es deforme es la mas bonita para su madre y toda mi familia. Segimos esperando que se haga justica. pero yo espero que mi hija algun dia le diga AQUI ESTOY CABRON NO PUDISTE MATARME NI A MI NI A MI MADRE. carmen maria