No se si debo publicar estos fragmentos de lo que su autor, amigo mio, Carlos, esbribió en su día como MELODÍAS PARA EL RECUERDO, pero son de una gran belleza y no puedo evitar hacerlo. Me los envió el 16 de Septiembre de 1997, fecha de mi cumpleaños y me los incluyó en su felicitación. En aquella época yo atravesaba unos momentos delicados de mi vida. Me estaba dando cuenta de mi realidad, de mi triste realidad, de cosas que tenía que cambiar y las cuales no me atrevía a afrontar.
Transcribo pues la felicitación completa, dándole las gracias por el apoyo y el cariño recibido.
16.9.97
Mi querida Marisa: En este día de tu cumpleaños quiero felicitarte. El cumpleaños significa un homenaje a la vida, como don que se nos ha dado, gran regalo, al que hay que cuidar, mimar y respetar. Somos, y podíamos no haber sido nunca, pero somos, y esto hay que celebralo en lo más íntimo de nuestro ser.
Te brindo algunos fragmentos entresacados de mis "Melodías para el recuerdo" que escribí hace algún tiempo:
"Cada uno somos capaces de cantar a la existencia un canto de amor. Vivir apasionadamente el momento, el instante de una manera existencialmente realista, tratando de aportarnos a nosotros mismos. Lo mejor que podemos darnos es a nosotros mismos, no vamos a tener a mano nada mejor. Tenemos la dicha de valorarnos como personas capaces de amar y de ser."
"Compartir las soledades es una grata compañía para quienes la disfrutan y la piensan... ¿Para quien vivir?... ¿Vivir el amor desde uno mismo o vivir el amor desde la persona querida retornando a uno mismo?"
"Las soledades otoñales van y vuelven, se miran, se reflejan en las gotas de una lluvia pertinaz, contumaz, que parece llenarlo todo... Esa gota resbalando en la marchita hoja que se despide de su ciclo vital y sirve de tobogán lastimero. Amor, no te caigas en otoño, no desaparezcas...¡vive! que esto es solo pasajero, es la estación sedante preparadora de lo luminoso y tenue..."
"La belleza excelsa rinde homenaje al deseo. La persona deseada y querida se transporta hacia la infinitud celestial. ¡Es ella! La belleza se convierte en bondad y la bondad en belleza al unísono y se pierde en la inmensidad... Luego emerge otra vez, sale a la superficie para mostrarse a si misma en una procesión sin final que no es otra cosa que ella misma..."
"Ternura, te necesito en este atardecer que nos envuelve, te necesito más que nunca, antes de que venga la noche entera, te necesito en este momento inmortal..."
Marisa, te deseo lo mejor, aquello que más necesites para ser tú misma.
Con mucho cariño, Felicidades.
Carlos.