6 de abril de 2008

¿QUE EDAD TIENES, ABUELA?

Una tarde un nieto estaba charlando con su abuela sobre los acontecimientos actuales. Entonces, él preguntó: ¿qué edad tienes abuela?"

La abuela respondió: Bueno, déjame pensar un minuto...

Nací cuando apenas comenzaba la televisión, no existían las vacunas contra la polio, las comidas congeladas, la fotocopiadora, los lentes de contacto y la píldora anticonceptiva. No existían los radares, las tarjetas de crédito, el rayo láser o los patines en línea. Tampoco se había inventado el aire acondicionado, los lavaplatos automáticos, las secadoras eléctricas y la ropa se ponía a secar sol y al aire fresco.

El hombre todavía no había llegado a la Luna y no existían los aviones de propulsión a chorro para pasajero… Mucho menos los Jet y ni hablar del Concorde.

Tu abuelo y yo nos casamos y después de esa bella ceremonia fue que vivimos juntos. Nací en la época en la cual era difícil conocer a alguien en cuya familia no hubiese un papá y una mamá. Jamás se usaba la palabra "Gay" –voz inglesa. Que no fuera para referirse a personas contentas, alegres y no homosexual, al que cariñosamente en esa época en la cual nací, y también cuando ya era una joven llamábamos "loca". De lesbianas, nunca habíamos oído hablar y los muchachos no usaban zarcillos… eso sólo lo veíamos si un hombre se disfrazaba de gitano…

Nací antes de la computadora, las dobles carreras universitarias, la obligatoriedad de hacer postgrados y doctorados, las terapias de grupo y los psicólogos. Nací cuando estudiar era una obligación y nuestros padres no tenían que pagarnos clases particulares de nada, ya que sabíamos que había que estudiar, atender con esmero las clases regulares en nuestros colegios y punto… Hasta que cumplí 25, llamé a cada policía y a cada hombre, "señor", y a cada mujer "señora" o "señorita".

Nací y crecí en el tiempo en el cual nadie consideraba que la virginidad producía cáncer o era algo de lo cual debíamos avergonzarnos. Tiempo en el cual nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 Mandamientos, el buen juicio y el sentido común. Nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos.

Nací cuando hablar de comida rápida era referirse a comer de prisa. Tener una relación significativa era llevarse bien con los primos o los amigos pero nada más. Tiempo compartido significaba el que la familia compartía unas vacaciones, no un condominio o un resort turístico.

Vine al mundo cuando había tocadiscos y aún nadie pensaba en la posibilidad de oído música estereofónica, la radio era una y nadie se planteaba emisoras AM y FM, cassettes, CDS, máquinas de escribir eléctricas, calculadora (ni siquiera mecánicas, para no mencionar las portátiles). A los relojes se les daba cuerda cada día. No existía nada digital, ni los relojes ni los indicadores con numeritos luminosos en los artefactos del hogar, ni en las máquinas expendedoras de gasolina.

Hablando de máquinas, no existían los cajeros automáticos, las máquinas de helado en las pastelerías y fuentes de soda, los radio reloj despertadores, ni los hornos de microondas, para no hablar de videocasetes y filmadoras de video y claro menos Internet y telefonía celular....

Mi fecha de nacimiento coincide con el tiempo en el cual leer una etiqueta que dijera "Made in Japan" era sinónimo de algo de muy mala calidad y para nada se concebía que pudiesen haber productos comprables "Made in Korea" ni "Made in Taiwán". No se había oído de Burger King, Mc Donalds o el café instantáneo ni de los edulcorantes. Sobraban mercados y tiendas donde muchas cosas costaban 0,50 y 1 bolívar. Los helados, las llamadas telefónicas, los pasajes de autobús, la Pepsi, los chocolates, en fin muchas cosas bien buenas costaban 0,25 de bolívar o menos…

Nací cuando el término "hierba" era algo que se cortaba y no se fumaba; "Coca" era una gaseosa y la música de rock era vanguardia pura... "Chip" significaba un pedazo de madera, "hardware" era la ferretería y el "software" no existía. Y quizá ya era el último tiempo en el cual las señoras necesitaban un marido formal para tener un hijo. Nací y crecí respetando a mis padres, a mis mayores, Creyendo en Dios y respetando sus preceptos.

Nací y crecí pensando que el amor es algo hermoso y no una mera necesidad hormonal… ¡Ah! Nací en un tiempo donde envejecer no era delito y pasarse de peso algo repulsivo...

Ahora dime, ¿cuántos años crees que tengo? ... "¿Más de cien?", preguntó su nieto.

¡NO....SOLAMENTE 50!
Sacado de mis correos electronicos

LAGRIMAS DE MUJER


UN NIÑO PREGUNTÓ A SU MADRE:
¿POR QUÉ LLORAS?
PORQUE SOY UNA MUJER,LE RESPONDIÓ ELLA.
NO COMPRENDO , DIJO ÉL.
SU MADRE LO COGIÓ DULCEMENTE DICIENDO:
NUNCA LLEGARÁS A ENTENDERLO.
MÁS TARDE EL MUCHACHO PREGUNTÓ A SU PADRE:
¿POR QUÉ LLORA MAMÁ?
TODAS LAS MUJERES LLORAN SIN RAZÓN.
FUE TODO LO QUE EL PADRE PUDO DECIRLE.

YA ADULTO,EL HOMBRE LE PREGUNTÓ A DIOS:
SEÑOR,POR QUÉ LAS MUJERES LLORAN TAN FACILMENTE?
Y DIOS LE RESPONDIÓ:
CUANDO HICE A LA MUJER DEBÍA SER MUY ESPECIAL.
LA HICE CON UNA ESPALDA SUFICIENTEMENTE FUERTE
PARA SOPORTAR EL PESO DEL MUNDO.....
PERO A LA VEZ TIERNAS Y CONFORTABLES.
LE CONCEDÍ EL PODER DE DAR LA VIDA,Y EL DE ACEPTAR
EL RECHAZO DE LOS HIJOS.
LE DÍ EL PODER QUE LE PERMITE CONTINUAR LUCHANDO CUANDO
TODOS ABANDONAN,Y EL CUIDAR A SU FAMILIA A PESAR DEL
CANSANCIO O LA ENFERMEDAD.
LE DÍ LA SENSIBILIDAD PARA AMAR A SUS HIJOS CON AMOR
INCONDICIONAL,AUN CUANDO ESTOS LE HAYAN HERIDO DURAMENTE.
LE DÍ LA FUERZA PARA SOPORTAR A UN MARIDO A PESAR DE SUS DEFECTOS...
Y PERMANECER A SU LADO SIN DESFALLECER.
Y FINALMENTE......LE DÍ LÁGRIMAS PARA LLORAR CUANDO SINTIERA ESA
NECESIDAD.
COMO VES HIJO MIO, LA BELLEZA DE UNA MUJER NO ESTÁ EN SU ROPA, NI
EN SU CASA,O EN LA FORMA EN QUE SE ARREGLA EL CABELLO.
LA BELLEZA DE LA MUJER, RESIDE EN SUS OJOS, QUE SON LA PUERTA DE
ENTRADA A SU CORAZÓN, LA PUERTA DONDE RESIDE EL AMOR.
ES POR ESO QUE A MENUDO Y A TRAVÉS DE ESAS LÁGRIMAS PODEMOS
VER SU CORAZÓN.

glitter-graphics.com


EN EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS...

En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para llevar a cabo una travesura. Uno de ellos propuso: - "Deberíamos quitarles algo a los hombres. El problema es: ¿qué les quitamos?".
Después de mucho pensar, uno dijo: - "¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el inconveniente va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar...".
El primero de ellos opinó: - "Podíamos esconderla en la cima del monte más alto del mundo".
Inmediatamente, otro de ellos repuso: - "No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla. Si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está...".
Luego propuso otro: - "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar...".
Y otro contestó: - "No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará...".
Uno más dijo: - "Escondámosla en un planeta muy alejado de la Tierra".
Y le respondieron: - "No, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir.Entonces, todos tendrán felicidad...".
El último de ellos era un demonio que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás. Analizó cada una de ellas y entonces tomó la palabra:- "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren".
Todos se dieron la vuelta asombrados y preguntaron al mismo tiempo: - "¿Dónde?".
El diablillo respondió: - "La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán".
Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva consigo.

Encontrado en internet

HUBO UN MOMENTO...


Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido; y fue luego cuando una llamada te hizo sonreir.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.
Recibido por correo electronico

DOS AMIGOS


Un día, cuando era estudiante de secundaria, vi a un compañero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Kyle. Iba cargando todos sus libros y pensé: "¿Por qué se estará llevando a casa todos sus libros el viernes? ¡Debe ser un "empollón"! Yo ya tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí de hombros y seguí mi camino.
Mientras caminaba, vi a un montón de chicos corriendo hacia él, cuando lo alcanzaron, le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo. Vi que sus gafas volaron y cayeron en el suelo como a tres metros de él. Kyle miró hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi lágrimas en sus ojos. Le acerqué a sus manos las gafas y le dije, "¡esos chicos son unos tarados, no deberían hacer esto!"
Me miró y me dijo: "¡Hola, gracias!" Había una gran sonrisa en sus cara; una de esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud. Le ayudé con sus libros. Vivía cerca de mi casa. Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada. Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una escuela privada.
Caminamos hasta su casa. Le ayudé con sus libros: parecía un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado, conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras más conocía a Kyle, mejor nos caía, tanto a mí como a mis amigos. Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Kyle con aquella enrome pila de libros de nuevo. Me paré y le dije: "Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días". Se rió y me dio la mitad para que le ayudara.
Durante los siguientes cuatro años, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos terminando la secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown; yo iría a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema.
El estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol. Kyle fu el orador de nuestra generación. Yo le molestaba todo el tiempo diciendo que era un "empollón". Llegó el gran día de la Graduación. El preparó el discurso. Yo estaba feliz al no ser yo quien tenía que hablar.
Kyle se veía realmente bien. Era una de esas personas que realmente se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos y se veía francamente bien con sus nuevas gafas. ¡Tenía más citas con chicas que yo y todas le adoraban! ¡Caramba! la verdad es que algunas veces hasta me sentía celoso... Hoy era uno de esos días. Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije: "Vas a ver cómo vas a estar genial, amigo". Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió. "Gracias", me dijo. Limpió su garganta y comenzó su discurso:
"La Graduación es un buen momento para dar gracias a todos aquellos que nos han ayudado a través de estos años difíciles: tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles a ustedes, que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir, y a propósito, les voy a contar una historia..."
Yo miraba a mi amigo incrédulo, cuando comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para que su mamá no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela.
Me miraba fijamente y me sonreía: "Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". Yo escuchaba con asombro cómo este apuesto y popular chico contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también me miraban y me sonreían, con esa misma sonrisa de gratitud. Fue en ese mismo momento cuando me di cuenta de lo profundo de sus palabras:
"Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros, para impactarlos de alguna manera. Mira a Dios en los demás."
Amigo mío que me escuchas. Ahora tienes dos opciones: Enviar este mensaje a todos tus amigos, o borrarlo y actuar como si nunca lo hubieras oído o no hubiera llegado a tu corazón.
¡Yo escogí la primera!
"Los amigos son ángeles que nos llevan en sus brazos cuando nuestras alas tienen problemas para recordar cómo volar."
Si tienes tiempo, y seguro que lo tienes, dedícale 2 minutos a todos tus amigos y amigas y envíales esta historia de amistad. Se lo merecen. Te lo agradecerán, sin duda.

EL SOMBRERO ROJO


Una mirada en el espejo:
A los 3 años: Se mira al espejo y se ve una reina.
A los 8 años: Se mira y se ve como Cenicienta o la Bella Durmiente.
A los 15 años: Se mira y se ve como Cenicienta, Bella Durmiente, Capitana de hinchada o, si "se está haciendo señorita" se ve gorda, con puntos negros, HORRIBLE (Mamá, no puedo ir a clase con esta apariencia)
A los 20 años: Se mira y se ve "muy gorda/muy flaca,muy baja/muy alta, muy crespa/muy lacia", pero decide salir de todas maneras.
A los 30 años : Se mira y se ve "muy gorda/muy flaca, muy baja/muy alta, muy crespa/muy lacia" pero decide que no tiene tiempo para solucionarlo y sale de todas formas.
A los 40 años: Se mira y se ve "muy gorda/muy flaca, muy baja/muy alta, muy crespa/muy lacia" pero dice: "Por lo menos,estoy limpia" y sale igualmente.
A los 50 años: Se mira y ve "Yo soy" y va para donde le parece mejor.
A los 60 años: Se mira y se acuerda de todas las personas que ni siquiera se pueden ver más en el espejo. Sale y conquista el mundo.
A los 70 años se mira y ve sabiduría, alegría y habilidad. Sale y aprovecha la vida.
A los 80 años: Ni se preocupa de mirar el espejo. Simplemente se pone un sombrero rojo y sale a divertirse con el mundo.
Tal vez todas debamos ponernos ese sombrero rojo un poquito antes...tal vez todas tendríamos que dejar de ver nuestra apariencia y abrir nuestro corazón para poder darle así un sentido a nuestra vida.
Disfrutemos cada instante como si fuera el último segundo para compartirlo con todos los que amamos.
Me lo enviaron por correo electronico

5 de abril de 2008

ENVEJECER ES OBLIGATORIO



El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mí alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. ‘Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo? Me reí y le contesté con entusiasmo: ‘¡Claro que puede!’ Ella me dio un abrazo muy fuerte.‘Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?’, le pregunté. Riéndose contestó: ‘Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme yViajar.’‘Se lo digo en serio’, le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad.‘¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!’, me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta “máquina del tiempo”.Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes.Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, ‘disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!’ ‘No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.’ Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: ‘No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.’‘Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.’ ‘Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!’‘Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.’‘No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.’Terminó su discurso cantando ‘
La Rosa’. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria.Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.

“No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL.”

4 de abril de 2008

PARA LOS NACIDOS EN LOS 80-90.


El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 80. La de todos aquellos que nacimos entre los 80 y 90 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los ¡60 años!.

Nosotros, no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del '92.

Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y eso que sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma, el rescate o el bote bote y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos.

Hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color.

Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.

Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos 'bodrios' como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir, que te gustaron en su momento, pero... vuélvelas a ver, verás que chasco.

Somos la generación de Compañeros, de Al salir de clase... Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía y con las putadas de la Señorita Rottenmayer.

Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes (Gracias Chicho!).

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nos pusimos bombers sin miedo a parecer skin heads.

Nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años (Esas J'hayber!).

Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso.

Fuimos los últimos en hacer BUP y COU, y los pioneros de la E.S.O.

Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo...

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.

Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no! bases fuera!, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.

Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema 'el panadero farlopero'. Los q recordamos a Enrique del Pozo y a Ana cantando la gallina coco gua-gua, las aventuras de Enrique y Ana, super disco chino y cntandole al amigo Felix) y a Teresa Rabal con su veo, veo, o el me pongo de pie o Mariquilla quilla quilla. Los mundos de Yupi y las pesetas rubias con la jeta de Franco en algunas de ellas. Nos emocionamos con Superman, ET, los Goonies o En busca del Arca Perdida.

Los del bocata de chorizo y mortadela y también Phosquitos, los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que se llamaba Bollycao no estaba del todo mal. Somos la generación del coche fantástico, del superman tonto que siempre se caia y apenas sabía volar, de Oliver y Benjí... La generación que se cansó de ver las mamá chicho.

La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial.

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones.

La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.

La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!!

Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas apretujadas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.

Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.

No había móviles.

Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos.

Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!!

Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión o Filbyt). Y ligábamos con los niñas jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un Chat.

Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. Sabias que se rifaba una ostia si vacilabas a un mayor. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaba un guantazo o un zapatillazo y te callabas.

Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. Eres tú uno de ellos?? ¡Enhorabuena! Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que todos estos niñatos que hay ahora que se creen algo y no tienen respeto ni educación a nadie destrocen el mundo en el que vivimos.

GRACIAS!!! Un saludo a todos! Cuidaros y que os vaya bien!!


Enviado en un correo electronico

¿DIOS CREO TODO LO QUE EXISTE?


Alemania, Inicio del siglo 20.
Durante una conferencia con varios universitarios un profesor de la Universidad de Berlín propuso un desafío a sus alumnos con la siguiente pregunta: ¿Dios creó todo lo que existe?
Un alumno respondió, valientemente: Si, Él lo creó.
¿Dios realmente creó todo lo que existe? Preguntó nuevamente el maestro.
Si señor,respondió el joven.
El profesor respondió: Si Dios creó todo lo que existe entonces Dios hizo el mal, ya que el mal existe! Y si establecemos que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo!
El joven se calló frente a la respuesta del maestro, que feliz, se regocijaba de haber probado, una vez más, que la fe era un mito.
Otro estudiante levantó la mano y dijo:
¿Puedo hacerle una pregunta, profesor?
Lógico, fue la respuesta del profesor.
El joven se paró y preguntó: Profesor, ¿el frío existe?
Pero ¿que pregunta es esa? Lógico que existe, ¿o acaso nunca sentiste frío?
Este respondió:
En realidad señor el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en verdad es la ausencia de calor.
Todo cuerpo o objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía; el calor es lo que hace que este cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total de calor; todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Nosotros creamos esa definición para describir de que manera nos sentimos cuando no tenemos calor.
Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante.
El profesor respondió: Existe.
El estudiante respondió: La oscuridad tampoco existe. La oscuridad, en realidad, es la ausencia de luz. La luz la podemos estudiar, ¡la oscuridad, no!
A través del prisma de Nichols, se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de ondas. ¡La oscuridad, no! ¿Como se puede saber qué tan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio.
La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz.
Finalmente, el joven preguntó al profesor:
Señor, ¿EL MAL EXISTE?
El profesor respondió: Como afirmé al inicio, vemos estupros, crímenes, violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal.
El estudiante respondió: El mal no existe, Señor, o por lo menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia del bien. De conformidad con los anteriores casos, el mal es una definición que el hombre inventó para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos.
Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz.
El joven fue aplaudido de pié, y el maestro, moviendo la cabeza, permaneció en silencio …
El director de la Universidad, se dirigió al joven estudiante y le preguntó:
¿Cuál es tu nombre?
Me llamo, ALBERT EINSTEIN.

ENTRAÑABLE



ENTRAÑABLE

Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital.

A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas.

Hablaban de sus mujeres y sus familias, de sus hogares, de sus trabajos, de su estancia en el servicio militar, de donde habían estado de vacaciones... Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana.

El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad.

El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.

Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.

Así pasaron días y semanas.

Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo.

Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.

Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo él mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama... y se encontró con una pared blanca.

El hombre preguntó a la enfermera qué podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana.

La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indico: "Quizás sólo quería animarle a usted"

Epilogo:

Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble.

Si quiere sentirse rico, cuente solo todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar.

El hoy es un regalo, por eso se le llama el presente.

Sacado de internet