Llega el Conde a su mansión.
El mayordomo, atentamente, le abre la puerta, agacha la cabeza servil y reverencialmente lo saluda:
- Adelante, hijo de la gran puta de mierda, ¿de dónde vendrás con esa cara de gilipollas y mariconazo?
A lo que el Conde, sonriente le mira y le contesta:
- De comprarme un audífono ... Basilio
28 de noviembre de 2009
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