Cierta vez, un hombre pidió a Dios una Flor y una Mariposa.
Pero Dios le dio un Cactus y una Oruga.
El hombre quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó errado.
Luego pensó: “Con tanta gente que atender…” Y resolvió no cuestionar.
Pasado un tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado.
Para su sorpresa, del espinoso y feo Cactus había nacido la más bella de las flores, y la horrible Oruga se había transformado en bellísima Mariposa.
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